martes, 6 de noviembre de 2018

                       
             EL PRÍNCIPE DE LAS MAREAS
 La película el príncipe de las mareas me ha hecho reflexionar sobre el trabajo de la psicología.
 En esta película la doctora Lowestein, psicóloga, utilizaba el psicoanálisis para tratar a sus pacientes. Esta mujer estaba tratando con una paciente un tanto peculiar, Savannah, que era una chica que quería suicidarse, y en efecto lo intentó varias veces a lo largo de su vida, pero nunca consiguió matarse. La última vez que lo hizo la ingresaron en un hospital, donde la psicóloga iba a tratarla, pero al no obtener toda la información que necesitaba, buscó la ayuda del hermano de la chica,Tom Wingo, que vivía en Carolina del Sur. El hombre aceptó ayudar y fue a ver a Lowestein. Al principio la ocultaba la verdad y lo único que decía era que sus padres no supieron educarlos y que eran malos con ellos, pero con el tiempo empezó a coger confianza con ella y a contarle todo lo que pasó. La realidad sobre la historia era que de pequeños con 13 años habían sido violados, él,su hermana Savannah y su madre Lila,por tres hombres, a los que su hermano mayor Luke había asesinado con una escopeta, pero nunca le habían contado nada a nadie porque su madre no quiso. Pocos días después de este suceso, su hermana melliza Savannah intentó suicidarse por primera vez. En New York, lugar donde ocurren los hechos actuales, Tom termina enamorándose de la doctora Lowestein, por ello acepta dar clases de fútbol al hijo de ésta y finalmente tiene una relación con ella. Abandona a su mujer y a sus tres hijas y se escapa varios días con Lowestein, ya que también su mujer le había sido infiel, pero finalmente gracias a la doctora comprende que su deber es seguir estando con su familia en Carolina del Sur, y seguir siendo profesor de literatura y entrenador de fútbol, por lo que regresa con ellas.